La era victoriana, nombrada en honor a la reina Victoria del Reino Unido, abarcó su reinado desde 1837 hasta 1901 y fue una etapa de profundos contrastes en Inglaterra.
Durante su extenso gobierno, uno de los más largos en la historia británica, su influencia dejó una huella indeleble en la cultura, la política y la sociedad. Fue la monarca con el reinado más prolongado hasta que Isabel II la superó.
Por un lado, hubo un avance espectacular en la industrialización, la ciencia y la cultura, consolidando al imperio británico como una potencia mundial.
Por otro lado, la desigualdad social era brutal: mientras las clases altas disfrutaban del lujo, la clase trabajadora y los más pobres sufrían condiciones terribles.
Algunos aspectos clave de su dureza:
- Trabajo infantil: Los niños pequeños eran empleados en fábricas y minas, expuestos a peligros extremos.
- Condiciones de vivienda: Muchas personas vivían en barrios marginales con hacinamiento, enfermedades y falta de higiene.
- Explotación laboral: Jornadas de más de 12 horas diarias en fábricas con sueldos miserables.
- Refugios para indigentes: Como la infame "resaca de dos peniques", donde la gente dormía colgada de una cuerda.
La "resaca de dos peniques" (Two Penny Hangover) era una forma extrema de alojamiento para personas sin hogar en la Inglaterra victoriana.
En los refugios administrados por el Ejército de Salvación, los indigentes podían pagar dos peniques para dormir apoyados sobre una cuerda atada entre dos postes.
No tenían una cama ni un lugar cómodo, solo podían inclinarse sobre la cuerda y descansar un poco.
Este método era una alternativa más barata que el "ataúd de cuatro peniques", donde los indigentes podían acostarse en una caja de madera con forma de ataúd y recibir una lona para cubrirse.
Aunque hoy en día parece una práctica inhumana, en su momento fue considerada una solución económica para proteger a las personas sin hogar del frío nocturno.
Es un reflejo de las duras condiciones de vida en la época victoriana y una visión clara de hasta donde las condiciones de miseria tanto material como espiritual, pueden corroer el sentido humano de la vida.