Tanto si son escritas como orales las palabras deben ser diferenciadas.
Hay de por sí tendencia a confundir conceptos e ideas por infinidad de motivos que van desde el emisor al receptor que no sintonizaron su diálogo, hasta el canal y el código utilizado inadecuadamente.
Los ejemplos expuestos: insecto e incesto, son palabras parónimas con significados completamente diferentes.
Una equivocación provocaría esto:
1. El insecto causó una profunda división en la familia.
2. El incesto provocó una infección en la pierna del paciente.
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