Mientras buscaba un texto corto y ágil para practicar la entonación de la voz, me encontré con estas palabras de Kahlil Gibran que nos remontan a la infancia y primera juventud, al hogar y su calor y al destino terrenal que aun siendo ya adultos independientes nos ata por amor y agradecimiento.
La casa de los padres
Es la única casa a la que puedes ir decenas de veces sin invitación.
La única casa donde puedes poner la llave en la puerta y entrar directamente.
La casa que tiene ojos amorosos que miran fijamente la Puerta hasta que te ven.
La casa que te recuerda tus días sin preocupaciones, la estabilidad y tu felicidad durante tu infancia.
La casa en la que tu presencia y la mirada en los rostros de tu madre y tu padre es para ti una bendición y tu conversación con ellos es una recompensa.
La casa que si no vas, el corazón de sus dueños se encogerá.
La casa en la que se encendieron dos velas para iluminar el mundo y llenar tu vida de felicidad y alegría.
La casa que si llega la hora de la comida y no comes, el corazón de sus dueños se romperá y enfadará.
La casa que te ofrece todas las risas y felicidad.
Afortunados son aquellos que tienen la casa de sus padres para ir.
Kahlil Gibran, fue un escritor, poeta y artista visual libanés-estadounidense, también considerado un filósofo, aunque él mismo rechazó el título.
Es mejor conocido como el autor de The Prophet, que se publicó por primera vez en los Estados Unidos en 1923 y desde entonces se ha convertido en uno de los libros más vendidos de todos los tiempos, habiendo sido traducido a más de 100 idiomas.
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