PLEONASMOS O REDUNDANCIAS, CUANDO LO QUE ESTÁ DE MÁS LLAMA LA ATENCIÓN

   

Muchas veces hemos analizado en encuentros de comunicación oral, hasta qué punto la utilización de pleonasmos o redundancias ayudan o entorpecen la recepción de los mensajes y si es correcto que un 
orador o un locutor los utilice en sus intervenciones.

Las opiniones se dividen de un lado en que una persona que tenga en sus manos la conducción pública de una actividad debe cuidar la corrección y belleza de cada una de sus frases y del otro lado se piensa que hay veces en las que una palabra repetida crea emociones en el auditorio o por lo menos motiva al cuestionamiento.

La definición más aceptada es que El pleonasmo o redundancia, es la figura retórica que emplea uno o más vocablos innecesarios en una frase, para el cabal sentido de ella o para intensificar su significado. Por ejemplo: “lo vi con mis propios ojos”. 

Como tal, el pleonasmo puede ser considerado como una figura literaria para embellecer una obra, o para que el lector u oyente se sorprenda y quede más atento al desenlace de la misma, es lo que se conoce como un pleonasmo intencional. 

Para la RAE, es correcto decir «subir arriba» y «bajar abajo». Extraña esta regla de la real Academia, pero así lo expresó hace un tiempo en el Twitter de la entidad. 

Reconfirmó la más alta instancia de la lengua española este criterio, en el libro 'Las 500 dudas más frecuentes del español', editado por el Instituto Cervantes donde manifiesta que la expresión no es incorrecta. 

Expresiones como salir para afuerasubir para arriba, bajar para abajo, entrar para adentro, que están tipificadas como vicios del idioma desde nuestros acostumbrados libros escolares, son admisibles en el uso oral y coloquial de la lengua, donde se utilizan generalmente con valor expresivo o enfático, pero deben ser evitadas en los textos escritos, enfatiza la academia.

Estas son algunas expresiones que son igualmente redundantes y todas están relacionadas al ámbito jurídico legal: 

«Se trata de una ley que está actualmente en vigor». 
(Si la ley está en vigor, es porque es actual).

«No existían antecedentes previos de un caso similar». 
(Antecedente es igual a historial, por tanto es previo, de antes).

«El juez ordenó realizar la autopsia al cadáver». 
(Si se hizo una autopsia es porque la persona falleció),

En todos los casos, se recomienda omitir el término que genera la redundancia a menos que se emplee «como recurso estilístico o con valor expresivo, para dar énfasis a nuestras palabras», refiere la RAE. 


En publicidad siempre se han permitido licencias para lograr un libre juego de palabras que proporcionen impacto y contagio a las frases y así vemos en anuncios callejeros una creatividad que sobrepasa los límites de toda gramática y del humor también. 

Recuerdo un episodio que al principio se vió como un problema de estilo y de presentación errónea de la noticia en una emisora de radio que transmitía un noticiario y se leyó un titular que informaba sobre "los cadáveres de los muertos".

Felizmente esto quedó en el anecdotario de periodistas y locutores, para no crear redundancias que ridiculicen las noticias.

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Se realiza de dos formas; hablada y escrita.

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No utiliza palabras. Transmite el mensaje con los movimientos del cuerpo.

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Se le conoce además como paralingüística.

Las formas diversas de exponer la palabra hablada constituyen los:

Para convencer, persuadir, orientar e informar:

Impactan las épocas, transforman las circunstancias:

Ofrece la oportunidad de ser un expositor magistral:

Promueve la libre discusión de ideas:

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