FRASES QUE NOS AYUDAN A MEDITAR RESPECTO A LA FORMA DE HABLAR.





La magia de un excelente comunicador está en la capacidad de saber mezclar en dosis proporcionales, lo que el público ya conoce, con los acontecimientos nuevos.

Cierto, que una alocución que nos ha dado trabajo elaborarla, porque investigamos antecedentes, fuimos a fuentes y quizás hasta entrevistamos personajes para realizarla y con la cual pretendemos catapultarnos por lo novedosa, debe ser valorada por el auditorio. 

Pero cuidado. Algo desconocido absolutamente, puede resultar aburrido e inentendible.

La recomendación es combinarla con elementos ya conocidos, para tornarla amena y digerible para los oyentes, que al fin y al cabo quieren que le comparen lo viejo con lo nuevo y les digan en que se ha mejorado.

 “Es menester algo más que el simple conocimiento del tema. Es menester vestirlo de vehemencia. 
Es menester estar convencido de que sabemos algo, que la gente debe imprescindiblemente conocer”. Bryan 

¿Qué es más importante para un auditorio?

- Un sabio que sube al pódium y comienza a dar cátedras de su sapiencia y la gente se le duerme.

 - Una persona que preparó su ponencia, pero su objetivo, más que ser grandilocuente, es que la gente le comprenda.

 He visto con tristeza a personas que al expresarse, tanto de manera escrita como oral, utilizan tal ampulosidad, que los demás no lo comprenden.

Estos expositores creen que el objetivo de su exposición, es demostrarles a los demás que ellos son los que más saben y los otros son unos ignorantes. 

Les ocurre lo contrario, la gente lo califica de prepotente y vanidoso y cierran la comunicación.

El objetivo primordial, comunicar, quedó truncado. Lo conveniente es, hablar ilustrado, pero sencillo, amigable, pero enérgico. 

“Aunque todos los hombres no tienen precisión de ser oradores, ni escritores públicos o carecen de aptitud o disposición para estos oficios; sin embargo, tendrán muchos de ellos en diferentes situaciones de la fortuna y destreza de la vida civil, ocasiones de acreditar con el imperio de la palabra, su mérito, su puesto, su estado, su poder o su talento”, Antonio Capmany”. 

¿Quién no ha tenido en una circunstancia de su vida que con sus palabras defender su honor, familia, trabajo o creencia? Sabido es que en ocasiones donde no han podido intervenir las armas, si han logrado actuar las palabras. 

 Circunstancias, en las que lo que estaba ineludiblemente condenado a ocurrir, fue desestimado, porque una palabra bien pronunciada tomo el mando. 

Toda persona que tenga aptitud debe estar preparada para hablar en público, sin tener que ser un orador, político, locutor, periodista o personaje social. Es un buen consejo.

Comentarios


Es la comunicación más habitual. Se realiza por medio de la palabra oral o escrita. La llamamos;

Es la comunicación más habitual. Se realiza por medio de la palabra oral o escrita. La llamamos;
Mediante ella las personas transmiten ideas, pensamientos, sentimientos o información a través de la pronunciación o la escritura.

Esta otra manera de comunicar se produce con nuestros gestos, ademanes y modales. La llamamos;

Esta otra manera de comunicar se produce con nuestros gestos, ademanes y modales. La llamamos;
No utiliza palabras. Conforma el lenguaje aparentemente mudo, que transmite con el cuerpo más informacion que las palabras mismas.

Esta comunicación es el conjunto de elementos vocales que acompañan las palabras. La llamamos;

Esta comunicación es el conjunto de elementos vocales que acompañan las palabras. La llamamos;
Se refiere a cómo decimos las cosas, no al contenido de las palabras. No se trata de qué se dice, sino de cómo se dice. Incluye aspectos como el tono, volumen, ritmo, entonación, pausas y velocidad del habla, los cuales pueden reforzar, contradecir o modificar el mensaje

Esta comunicación comprende elementos no verbales que acompañan o sustituyen el habla. La llamamos;

Esta comunicación comprende elementos no verbales que acompañan o sustituyen el habla. La llamamos;
Ayudan a expresar emociones, actitudes o intenciones. Incluye tanto los aspectos paraverbales (voz, tono, ritmo) como los sonidos no lingüísticos (suspiros, risas, gemidos, silencios) y ciertos gestos o expresiones faciales que complementan el mensaje.

Las formas diversas de exponer la palabra hablada constituyen los:


Para convencer, persuadir, orientar e informar:


Impactan las épocas, transforman las circunstancias:


Ofrece la oportunidad de ser un expositor magistral:


Promueve la libre discusión de ideas:


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