“NO HAY SEGUNDA OPORTUNIDAD PARA CREAR UNA PRIMERA BUENA IMPRESIÓN” es una frase atribuida al escritor irlandés Oscar Wilde y tiene una válida aplicación en oratoria.
El primer mensaje que emite el expositor es su propia persona.
Esa primera impresión, producida sin palabras, es
determinante para saber si la presentación será exitosa o no.
Esa introducción debe ser cálida,
familiar y sincera. Nada de petulancia, altanería,
ni súper ego.
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Gracias por opinión es vital y constructiva