Los malapropismos se producen cuando se usan palabras y expresiones incorrectas que suenan similares a las correctas.
Son "yerros" o "errores del lenguaje" y que el habla popular denomina fallos, equivocaciones, deslices, lapsus, meteduras de pata, desaciertos, confusiones, erratas, imperfecciones.
No debemos confundir los malapropismos con los vicios de la dicción.
Los vicios de dicción son errores cometidos en la forma de expresarse y afectan la claridad, corrección y elegancia del lenguaje.
Entre ellos tememos: las muletillas, el queísmo, barbarismo, pleonasmo, etc
El malapropismo es un tipo de error dentro de los vicios de dicción, pero no todos los vicios de dicción son malapropismos.
Ejemplos de malapropismo son las siguientes frases:
"Necesito un detergente para mi dolor de cabeza." (En lugar de "analgésico").
"Le dije que era el Ventrílocuo izquierdo". (En lugar de Ventrículo).
"El actor recibió una ovulación de pie." (En lugar de "ovulación" debería ser "ovación").
Es candidato por la circuncisión 5. (Lo correcto es circunscripción 5).
En diversas circunstancias todos hemos sido melapropistas y hemos dicho barbaridades .
Pero el político catalán Joan Pich i Pon fue el rey del melapropismo y las equivocaciones idiomáticas.
Se trató de una persona con orígenes humildes y escasa cultura pero que llegó a ser senador, diputado y Alcalde accidental de Barcelona.
Fueron tantos sus yerros que terminaron siendo conocidos como “piquiponadas”, de las cuales el terminaba riendose.
La más famosa de todas es la de la presentación de su sobrino:
—Y aquí mi sobrino, que es sifilítico.
—Filatélico, tío, filatélico (contestó aterrado el sobrino).
Otro célebre error sucedió durante un discurso desde el balcón del ayuntamiento de Barcelona.
Pich i Pon mostraba su alegría por un galardón que le acababan de conceder pero, en vez de decir que «por fin se le hacía justicia» exclamó: «Por fin me han ajusticiado»
Los desaciertos no paraban y cuentan que en un acto pubico dijo : “Al oír cantar la Marsellesa, se me erizan los pelos del corazón”.
Un dia durante una visita al parque zoológico, el director del mismo le sugirió la conveniencia de una góndola, Pich estuvo de acuerdo pero añadio “Sí, pero no una, sino dos: un macho y una hembra. ¡Que críen, que críen!”.
Cuentan que un día dijo al ilustre filósofo Don José Ortega y Gasset, que era el “antílope” de su hermano Eduardo, quien era un consumado deportista.
Les recomiendo el artículo “Y aquí mi sobrino, que es sifilítico” – Filatélico, tío, filatélico (1930) del blog 'La aldea irreductible', para que disfruten más historias sobre el habla erronea pero costumbrista de este histórico personaje.
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