La coma es un signo ortográfico de singular importancia.
La comparo con un semáforo que al pasarlo en rojo provoca un accidente.
Igual, violar las comas puede resultar en consecuencias impredecibles.
No es lo mismo decir:
Preso, no muerto.
que
Preso no, muerto.
En el aspecto de la pronunciación, hablar si pausas es similar a tener un carro sin frenos. Se atropellan las palabras y se pierde el sentido de la comunicación.
En el lenguaje oral, la coma indica una ligera entonación ascendente o descendente, según las circunstancias.
Toda dicción y pronunciación que se precie de correcta debe estar sujeta al uso exacto de las comas como signos que determinan pausas y silencios, para el mejor ejercicio de las voces y el lenguaje corporal.
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