
Ha Llamado mi atención, la cantidad de personas que he podido constatar, aparentan estar hablando por el teléfono móvil o celular, y en realidad no conversan con ningún individuo en específico.
Cuatro casos en los últimos días, en parecidas circunstancias, me confirman que esas personas, son el reflejo de una conducta y/o uso, que se está convirtiendo en moda o paranoia.
No hablaban con nadie.
Al otro lado del teléfono, solo estaban las tristes fantasías de quienes cayeron en esto que comienza como un juego y termina como un trastorno de la conducta.
Al otro lado del teléfono, solo estaban las tristes fantasías de quienes cayeron en esto que comienza como un juego y termina como un trastorno de la conducta.
Podemos hablar de una mitomanía que paradójicamente, “usa un medio de comunicación, para no comunicar nada en absoluto”.
Las estadísticas de esta manifestación reflejan que tres de cada cinco personas han hablado solos por el móvil.
Traducido a números comparativos, millones de personas han usado este comportamiento con objetivos específicos.
¿Qué se esconde detrás de esta costumbre? Varias circunstancias.
1. Baja autoestima. La persona piensa que hablar sin parar por el móvil, le granjeará simpatías, ya que sólo alguien importante, puede darse el lujo de costearse llamadas largas y de variado contenido.
2. Necesidad de llamar la atención de alguien, para obtener afecto, aprobación, ayuda o favores.
3. Desconexión de la realidad misma. La persona comienza poco a poco a sentir placer cuando se introduce en un mundo imaginario y termina creyendo todo lo que está hablando y los sucesos que le rodean.
4. Mentir. En un mundo de engaños, no está mal usar la tecnología telefónica para simular que alguien llama y de paso librarse de alguien que deseamos evitar.
Pude ser también utilizado para hacer creer a otros que se tiene un contacto tal, de tan altas influencias, que hasta puede hacer variar una decisión.
También facilita amedrentar a alguien, sugestionar y hasta algo sumamente peligroso, provocar celos, que en asuntos amorosos pueden desembocar hasta en violencias y muertes.
De modo que, amigos, la telefonía celular se suma a las situaciones donde la tecnología contribuye a fabricar lo que no existe.
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