Hay dos clases de errores:
1. Deficiencias: Se trata de acciones que no podemos realizar al hablar.
Obedecen generalmente a una preparación inadecuada del tema que se tratará en la exposición y deben estar, en primer lugar de la lista de cosas para trabajar y mejorar.
2. Errores sencillos: Estos ocurrirán independientemente de lo bien que nos hayamos preparado, debemos dejarlos pasar y continuar.
Es posible que nos asalten cualesquiera de estos dos acontecimientos mientras estemos disertando para un público.
Lo menos recomendable es ponerse nervioso e insistir en recordarlo y culparse, porque tras un error, ocurrirá el otro y el siguiente, como una bola de nieve.
Mientras estas deficiencias estén, no hay otro camino que ignorarlas y seguir adelante. ¡No hay tiempo para practicar ahora!
Lo que si debemos hacer, es un listado de los acontecimientos ocurridos para saber cómo evitarlos en la próxima ocasión.
Mis recomendaciones para estos casos, son las siguientes:
- Cuando cometa un error siléncielo, es posible que usted haya sido el único en notarlo.
- Si tiene un bloqueo de memoria tan fuerte que no puede continuar con la frase siguiente, salte al concepto subsiguiente que recuerde.
- Si aún no puede, sonría, despídase y salga. Habrá actuado dignamente.
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