Yaqui Nuñez del Risco, maestro dominicano de la palabra (hablada y escrita, porque las dominaba las dos; privilegio de pocos mortales), me enseñó algo que con el correr de los años he aplicado a mi vida de trabajadora de la palabra hablada y que constituye el corazón de la comunicación: “lo importante es que la gente te entienda, haga suyo lo que dices y lo defienda porque te creen”.
Creía en esto y lo predicaba, diciéndonos a los que queríamos y necesitábamos aprender de el, que los comunicadores eficaces deben ser sencillos, sin palabras rebuscadas, y en todo, por todo y para todo; ¡creíbles!
Les comparto algo de las tantas anotaciones que guardo de sus talleres, en los cuales aprendí más de lo que pensaba podía absorber en el escaso tiempo que lograba dedicarnos, debido a su cúmulo de trabajo.
Una buena Comunicación Oral según Yaqui, requiere de:
Sencillez en el discurso.
Empleo mínimo de palabras.
Hablar de forma concisa y lógica.
Fuerza expresiva.
Considerar quien escucha es un ser humano.
Aprender a escuchar y mostrar interés al escuchar.
Dejar hablar a los demás.
Eliminar distracciones.
Ponerse en el lugar del otro.
Ser paciente (No interrumpir).
Controlar las emociones.
No caer en la tentación de la crítica.
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