Las expresiones idiomáticas son secuencias de palabras cuyo significado no es compositivo, es decir, el significado de la expresión no se deriva del de sus componentes.
Las expresiones idiomáticas permiten
normalmente una interpretación literal y otra figurada, aunque la preferente
suele ser la figurada.
Por ejemplo, cuando decimos, “tomar
el pelo”. Si lo vemos literalmente, entendemos que es tomar la cabeza de
alguien y cortarle el pelo. Pero no, como expresión idiomática significa,
burlarse de alguien.
Otras como:
“A mata caballo”, locución adverbial que
indica que una cosa se hace atropelladamente, con mucha prisa y sin poner
cuidado.
“A mansalva”, tanto con el
significado de ‘en gran abundancia’ (suspiros a mansalva) como con el
significado de ‘sin ningún peligro, sobre seguro’, que es el único que registra
el diccionario académico.
“A bote pronto”, que significa, sin
estar preparado, de manera improvisada o inesperada, sobre la marcha.
“Algo o alguien de chicha y nabo”, es en sentido despectivo, algo (o alguien) de
poca importancia, insignificante o de poca calidad y valor.
“A campo traviesa”, significa: de un lugar a otro, cruzando a través de un terreno o un campo.
“Andar o ir de la ceca a la meca”,
es ir de una parte a otra para conseguir
algo o resolver un asunto.
“Pasar de castaño oscuro”, dicho
de algo cuando es demasiado enojoso, grave o intolerable. El color es castaño
oscuro (un solo color).
“Estiró la pata”, por lo general
no interpretamos que está haciendo ejercicios para la artrosis, sino que ha
muerto.
“Soy de aquí”= sentirse cómodo.
“Como agua para chocolate”, no estar de buen
humor.
“Personas de la tercera
edad”, ancianos o viejos.
“Ladran pero no muerden”, no pasa
ni pasará nada.
“Ando por la calle de la amargura”,
no estoy bien.
“Échame la mano”, ayúdame.
“Poner los cuernos”, cometer adulterio o infidelidad.
“Es un arrastrado”, persona que no le importa que lo traten
mal.
“La van a tantear”, medirán el
alcance de una circunstancia.
“El burro diciéndole orejú al
conejo”, lo mismo que criticas es la conducta que haces.
“Lo balconeò” evidenció sus defectos o mala conducta.
“A duras penas”, apuradamente,
con mucho trabajo.
“Cada dos por tres”, con mucha
frecuencia.
“Cortar por lo sano”, poner fin
tajantemente con una situación que causa disgusto.
“Costar un ojo de la cara”, salir
algo muy caro en dinero.
“Dar en el clavo”, acertar.
Atinar.
“Dormirse en los laureles”, abandonarse
o cesar en un esfuerzo después de haber conseguido un éxito.
“Echar leña al fuego”, avivar la
gravedad, intensidad, etc., de algo.
“Estar entre la espada y la
pared”, encontrarse en trance de tener que decidirse por una de dos cosas
igualmente malas.
“Estar con la soga al cuello”, encontrarse
en una situación apurada o verse amenazado por un peligro inminente.
“Faltarle un tornillo a alguien”,
hacer o decir cosas insensatas o alocadas.
“Hacer la vista gorda”, fingir
que no se ha visto cierta cosa que tendría que haberse denunciado o corregido.
“Matar dos pájaros de un tiro”, hacer
o lograr dos cosas de una sola vez.
“Matar la gallina de los huevos
de oro”, forzar por avaricia la ganancia de una cosa hasta el extremo de
destruir la fuente de esa ganancia.
“Meter la pata”, equivocarse.
Intervenir en algo inoportunamente.
“No andarse por las ramas”, no
detenerse en lo menos sustancial de un asunto.
“Pasarse de la raya”, rebasar el límite de lo tolerable.
“Pedirle peras al olmo”, pretender
de una persona o cosa algo que no puede esperarse de ella.
“Perder los estribos”, enfadarse,
irritarse, encolerizarse.
“Poner el dedo en la llaga”, acertar
o señalar el verdadero origen de un mal, el punto difícil de una cuestión, o lo
que más afecta a una persona.
“Poner los puntos sobre las íes”,
puntualizar, aclarar las cosas de tal forma que no haya lugar a dudas o
tergiversaciones.
“Salirse con la suya”, conseguir
alguien lo que se propone a fuerza de obstinación.
“Ser pan comido”, ser algo muy fácil o simple de hacer o de conseguir.
“Ser un cero a la izquierda”, no
tener ninguna influencia o no ser tenido en consideración en cierto asunto o
lugar.
“Tener agallas”, ser valiente.
“Tener la sartén por el mango”, estar
en una situación de superioridad en el manejo de un asunto.
“Ver las estrellas”, sentir un
dolor muy fuerte y vivo.
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