Convencer: conseguir con razones o argumentos que una persona haga una cosa o cambie de parecer.
Persuadir: Conseguir mediante razones que una persona piense de una manera determinada o que haga o no cierta cosa.
Manipular: Influir a una persona o intervenir en un asunto de forma maliciosa y poco honesta para conseguir un fin determinado.
Influir: es otro verbo que “suena” similar. En realidad a lo largo de nuestra vida "influenciamos" de manera continuada, pero sólo algunas veces "persuadimos".
Influir: Producir unas cosas [sobre otras] de una manera indirecta o insensible una acción o efecto. Ejercer una persona o cosa predominio o fuerza moral en el ánimo. Contribuir al éxito de una persona o negocio.
Persuadir y convencer: pasan prácticamente por sinónimos. Sin embargo, es posible que se persuada una persona, pero no quede convencida. Ej. Si fui a una entrevista de trabajo, llene el perfil adecuadamente, contesté las preguntas correctamente y me dijeron que el curriculum era bueno y me llamarían, pero no lo hicieron; persuadí al entrevistador, pero no lo convencí, por lo menos para ese puesto, o para ese momento.
De haber quedado convencido, me habrían llamado. Convencer va mas allá de persuadir.
Persuadir, convencer y manipular: Muchos confunden persuadir con manipular. Y no es lo mismo, aunque en apariencia, puedan parecer sinónimos. En realidad tienen un punto semántico en común: los dos vocablos significan convencer. La diferencia radica en la actitud e intención. En la persuasión se persigue la ganancia mutua (un vendedor tratará de persuadir a su cliente para que le compre su producto o servicio). Este ganará con la transacción, y el comprador con las bondades que el producto o servicio le proporcione.
La manipulación, persigue persuadir y convencer, pero usando actitudes dolosas y deshonestas.
Persuadir, convencer e influir: Influimos sin querer, con nuestro comportamiento o conocimiento, por las envidias que suscitan las cosas que poseemos, por como somos, etc.
Las personas que influencian no pretenden cambiar las actitudes de otras personas. Quien persuade sí, y por consiguiente se esfuerza en ello. No es fácil reconocer que somos objeto de "influencia", pero sí somos capaces de notar una acción persuasiva (combinación de sugestión más demostración racional).
Persuadir: Conseguir mediante razones que una persona piense de una manera determinada o que haga o no cierta cosa.
Manipular: Influir a una persona o intervenir en un asunto de forma maliciosa y poco honesta para conseguir un fin determinado.
Influir: es otro verbo que “suena” similar. En realidad a lo largo de nuestra vida "influenciamos" de manera continuada, pero sólo algunas veces "persuadimos".
Influir: Producir unas cosas [sobre otras] de una manera indirecta o insensible una acción o efecto. Ejercer una persona o cosa predominio o fuerza moral en el ánimo. Contribuir al éxito de una persona o negocio.
Persuadir y convencer: pasan prácticamente por sinónimos. Sin embargo, es posible que se persuada una persona, pero no quede convencida. Ej. Si fui a una entrevista de trabajo, llene el perfil adecuadamente, contesté las preguntas correctamente y me dijeron que el curriculum era bueno y me llamarían, pero no lo hicieron; persuadí al entrevistador, pero no lo convencí, por lo menos para ese puesto, o para ese momento.
De haber quedado convencido, me habrían llamado. Convencer va mas allá de persuadir.
Persuadir, convencer y manipular: Muchos confunden persuadir con manipular. Y no es lo mismo, aunque en apariencia, puedan parecer sinónimos. En realidad tienen un punto semántico en común: los dos vocablos significan convencer. La diferencia radica en la actitud e intención. En la persuasión se persigue la ganancia mutua (un vendedor tratará de persuadir a su cliente para que le compre su producto o servicio). Este ganará con la transacción, y el comprador con las bondades que el producto o servicio le proporcione.
La manipulación, persigue persuadir y convencer, pero usando actitudes dolosas y deshonestas.
Persuadir, convencer e influir: Influimos sin querer, con nuestro comportamiento o conocimiento, por las envidias que suscitan las cosas que poseemos, por como somos, etc.
Las personas que influencian no pretenden cambiar las actitudes de otras personas. Quien persuade sí, y por consiguiente se esfuerza en ello. No es fácil reconocer que somos objeto de "influencia", pero sí somos capaces de notar una acción persuasiva (combinación de sugestión más demostración racional).