Es un discurso solemne y de tono elevado pronunciado ante una multitud con el fin de enardecer los ánimos: el discurso militar por excelencia es la arenga.
Etimológicamente, la palabra «arengar» procede del verbo «arencar» que significa «salar» y «secar sardinas» al modo de los arenques o arengues.
Aún cuando se remonta a los primeros estadios de la humanidad, no existe al día de hoy, una idea clara del género retórico al que pertenece la arenga.
No contamos con una normativa teórica que, como ocurre en otros tipos de discurso, defina con claridad sus elementos y funciones.
Todo ello deja abierto un campo a la investigación para determinar las fuentes y modelos seguidos a lo largo del tiempo para la elaboración de las arengas militares, junto con el análisis de las innovaciones y, muy especialmente, de su relación con otros géneros literarios.
Mientras que otros tipos de discursos, especialmente los pertenecientes al género deliberativo, han sido objeto de un estudio más detenido por su más variado interés histórico, las arengas han sido sistemáticamente dejadas de lado por su naturaleza en apariencia más simple y repetitiva.
En teoría las palabras de un general a sus tropas parecen no tener la misma trascendencia que acompaña a un discurso político.
Sin embargo, su empleo sistemático a lo largo de muy diversas épocas ha de obedecer a utilidades concretas y bien definidas que le han permitido no sólo mantenerse sino aumentar su importancia hasta el punto de haber influido en el amplio uso de este tipo de discurso en otros géneros literarios.
Auxiliandome de la Inteligencia Artificial les comparto el siguiente listado de discursos que por su tono enérgico y motivador son considerados arengas:
"Veni, vidi, vici" - Julio César, después de la Batalla de Zela en el 47 a.C.
"Tengo un sueño" - Martin Luther King Jr., durante la Marcha en Washington por el trabajo y la libertad en 1963.
"Blood, toil, tears, and sweat" - Winston Churchill, en su primer discurso como Primer Ministro ante la Cámara de los Comunes en 1940.
"We shall fight on the beaches" - Winston Churchill, discurso pronunciado durante la Segunda Guerra Mundial en 1940.
"¡Libertad o muerte!" - Simón Bolívar, en su Proclama de Cartagena en 1812.
"Discurso de Gettysburg" - Abraham Lincoln, en 1863, durante la Guerra Civil estadounidense.
"Nunca tantos debieron tanto a tan pocos" - Winston Churchill, sobre los pilotos de la RAF durante la Batalla de Inglaterra en 1940.
"Hasta la victoria siempre" - Che Guevara, frase usada en múltiples discursos revolucionarios.
"Grito de Dolores" - Miguel Hidalgo y Costilla, en 1810, dando inicio a la Guerra de Independencia de México.
"Sí se puede" - Frase popularizada por Dolores Huerta en la década de 1970, utilizada en movimientos de derechos civiles y laborales en Estados Unidos.
Estas arengas han dejado una huella profunda en la historia y siguen siendo recordadas por su poder de inspirar y movilizar a las personas.
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