Este tipo de discurso puede ser confuso o agotador para el oyente, ya que dificulta seguir la línea de pensamiento central.
Se convierte en un hábito o vicio que surge de varias raíces:
Falta de claridad mental.
Ansiedad al hablar.
Falta de estructura en el mensaje.
En algunas ocasiones el habla serpenteante puede ser una estrategia intencional para evitar un tema incómodo o para ganar tiempo al pensar en lo que se quiere decir.
En sentido general podemos concretar los siguientes aspectos sobre esta incomprensible forma de hablar:
1. Se considera un vicio involuntario de dicción .
Muchas personas desarrollan este estilo de habla sin darse cuenta.
Puede surgir de la costumbre de agregar muchos detalles o de tener un estilo de comunicación menos estructurado.
2. Puede ser una estrategia intencional del hablante.
A veces hablar de forma serpenteante se usa intencionalmente para evitar confrontación, cambiar de tema o para no comprometerse con una respuesta directa. Es una forma de ser evasivo sin decir “no” de forma directa.
3. Puede deberse a falta de claridad mental:
En algunos casos, el hablante puede no tener claro lo que quiere decir o desconoce el tema que aborda, por lo que recurre a este estilo mientras organiza sus ideas en tiempo real.
El Habla serpenteante establece un contraste con la comunicación efectiva que es directa, clara y enfocada en el mensaje central sin caer en la costumbre de oscurecer el mensaje con digresiones y alargamientos innecesarios que confunden al receptor.
Los expertos en comunicación oral recomiendan lo siguiente:
A. Organizar las ideas antes de hablar, para lograr estructurar un mensaje lógico. Establecer una introducción, desarrollo y conclusión ayuda a mantener el enfoque.
B. Usar un lenguaje claro, preciso y excento de palabras técnicas o complejas es basico para que el público comprenda el mensaje.
C. Evitar digresiones con el fin de mantener la secuencia del tema principal sin desviar el mensaje es una medida excelente para impactar con el tema que se expone.
D. Usar pausas y controlar el ritmo de las expresiones aporta belleza y secuencia al mensaje, proporciona tiempo al oyente para asimilar la información y permite al hablante observar las reacciones del público.
E. De igual forma se aconseja hablar a una velocidad prudente y media. Demasiado rápido puede dificultar la comprensión. Hablar muy despacio desmotiva al oyente y tiede a romper la secuencia del mensaje.
F. Recurrir a anecdotas y ejemplos concretos ayudan a ilustrar mejores las ideas y favorecen la secuencia y recordación del mensaje.
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