
La comunicación emocional oral es una forma de interacción verbal en la que las emociones se transmiten voluntaria o involuntariamente utilizando el lenguaje hablado.
La comunicación emocional oral se basa en la capacidad de expresar y compartir emociones a través del habla.
Esta comunicación va mas allá de las palabras que se pronuncian.
Incluye el tono y timbre de voz, las inflexiones del lenguaje, la entonación, la flexibilidad, el ritmo y el volumen, entre otros aspectos de la interacción paralingüística que facilitan la transmitision de ideas, emociones y sentimientos.
En esta forma de comunicación se perfilan y manejan estados de ánimo y actitudes que son determinantes para la recepción del mensaje por los demás.
Algo que parece sencillo como el tono de voz, hace variar la forma de transmisión del mensaje que puede ser percibido como alegre o triste, frustrante o entusiasta, cordial o belicoso, dependiendo de las circunstancias que lo rodean.
Lo mismo ocurre con el volumen alto que puede expresar optimismo, mientras que uno bajo puede parecer pesimista.
La velocidad del habla es otro factor determinante ya que intuye nerviosismo si es muy rápida o calma si es lenta.
Las palabras seleccionadas al expresarse juegan un rol estelar. Un vocabulario positivo genera emociones agradables. Un vocabulario negativo provocar preocupación.
Las pausas son una herramienta poderosa en la comunicación emocional oral, ya que permiten reflexionar sobre lo que se dice o se va a decir.
Por su parte un silencio incómodo, puede generar tensión, mientras que uno intencional puede aumentar el impacto emocional de lo dicho.
En el lenguaje no verbal o del cuerpo la emocionalidad influye notoriamente en el manejo del mensaje.
Las sonrisas, los gestos y la postura corporal añaden ingredientes nuevos al mensaje hablado.
Podemos afirmar que la comunicación emocional oral es una estratégica combinación del fondo o contenido del mensaje con la forma en que se transmite.
Finalmente es prudente mencionar una terminología muy usada dentro de la comunicación emocional y es el VAKOG, acrónimo que representa los cinco principales canales sensoriales a través de los cuales las personas perciben e interpretan la realidad.
Estos canales son:
El Visual (Vista): Lo que vemos. Las personas visuales tienden a aprender y recordar mejor mediante imágenes, colores, gráficos, y lo que pueden observar.
El Auditivo (Oído): Lo que escuchamos. Los auditivos prefieren recibir y procesar información a través del sonido, como conversaciones, música o instrucciones verbales.
El Kinestésico (Tacto y movimiento): Lo que sentimos físicamente. Las personas kinestésicas aprenden mejor a través de la acción, el tacto o el movimiento físico.
El Olfativo (Olfato): Lo que olemos. El olfato juega un papel en la memoria y puede evocar recuerdos o emociones.
Gustativo (Gusto): Lo que saboreamos. El gusto también está vinculado a recuerdos y emociones, aunque se usa menos frecuentemente en el aprendizaje consciente.
El modelo VAKOG se utiliza en programación neurolingüística (PNL) para comprender cómo las personas perciben el mundo y cómo estas preferencias sensoriales pueden influir en la comunicación, el aprendizaje y el comportamiento.
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