El público es el conjunto de personas que reciben un mensaje oral en un acto de comunicación.
Es la audiencia, los oyentes o receptores que escuchan, observan y reaccionan frente al orador.
En oratoria, público no es una masa anónima, sino un grupo con características específicas: edad, cultura, intereses, nivel de conocimiento, etc.
Todo orador debe adaptar su mensaje a ese público para lograr que sea claro, atractivo y efectivo.
Todo orador o expositor de la palabra necesita entender que no todos los públicos son iguales.
Cada audiencia tiene características, expectativas y necesidades distintas, lo que cambia la manera en que se debe preparar y presentar su discurso.
El público es el destinatario del discurso. Comprenderlo es la primera tarea del orador para saber cómo hablar, qué decir y con qué estilo hacerlo.
- Puede tener el mensaje más excelso.
- Mostrar la retórica más elaborada.
- Ser dueño de la voz más hermosa.
- Disponer del carisma más persuasivo.
Pero si su público "no enganchó", no se motivó, no se conmovió, el discurso se volvió solo palabras vacías carentes de contenido.
Si lo que se dijo no trascendió, no logró su cometido.
Características de los distintos públicos:
1. Receptor → recibe el mensaje del orador.
2. Activo → no solo escucha, también interpreta, evalúa y responde (aplausos, silencio, preguntas, gestos).
3. Diverso → cada persona tiene su historia, emociones y expectativas distintas.
4. Determinante → su reacción influye en el éxito o fracaso del discurso.
Diferentes públicos en oratoria:
1. Según el tamaño
Público reducido (reuniones, grupos pequeños).
Es más íntimo, permite el diálogo y la retroalimentación.
Público mediano (salones, talleres). Exige claridad y manejo de dinámica para mantener la atención.
Público masivo (conferencias, eventos, campañas).Se requiere proyección de voz, lenguaje corporal fuerte y mensajes simples y memorables.
2. Según el nivel de conocimiento
Experto: dominan el tema, esperan datos sólidos, profundidad y evidencia.
Intermedio: tienen nociones, requieren ejemplos y claridad en conceptos.
Principiante: poco conocimiento, necesitan lenguaje sencillo, analogías y explicaciones paso a paso.
3. Según la edad
Niños: necesitan dinamismo, historias, juegos, recursos visuales.
Jóvenes: buscan conexión, autenticidad y ejemplos prácticos.
Adultos: esperan utilidad y aplicabilidad del mensaje.
Mayores: valoran respeto, experiencias de vida y un ritmo más pausado.
4. Según la actitud
Receptivo: interesado y motivado, facilita la comunicación.
Neutral: indiferente o sin interés inicial, el orador debe captar su atención.
Opositor: crítico, con objeciones; requiere paciencia, argumentos sólidos y respeto.
5. Según el interés o motivación.
Informativo: buscan aprender, datos, claridad.
Inspiracional/Motivacional: quieren emoción, ánimo y ejemplos de superación.
Persuasivo: esperan razones para actuar o tomar decisiones.
Entretenimiento: buscan humor, creatividad, relatos.
6. Según el contexto cultural y social
Homogéneo: comparten cultura, idioma o creencias; facilita referencias comunes.
Heterogéneo: diversidad de culturas, religiones o ideologías; exige neutralidad y universalidad en el mensaje.
Ejemplos prácticos para adaptar tu oratoria a diferentes tipos de público,
La clave está en ajustar nuestro vocabulario, el contenido, y el formato de nuestra presentación para conectar con quienes nos escuchan.
1. Público: Estudiantes universitarios (ingeniería).
Tema: La importancia de la ética en la programación.
Enfoque: Usa un lenguaje directo y ejemplos relevantes para su campo.
Contenido: En lugar de hablar de teorías éticas abstractas, presentemos casos de estudio reales de la industria tecnológica. ¿Qué pasó con el fallo de seguridad en una gran empresa? ¿Cómo se filtraron datos por una mala decisión de programación?
Vocabulario: Usemos términos que les resulten familiares como "código abierto", "algoritmos de IA", "ciberseguridad" y "privacidad de datos".
Formato: Mostremos fragmentos de código (si es posible) y pidamos su opinión sobre cómo podrían mejorarse éticamente. Fomentemos el debate sobre dilemas que ellos mismos podrían enfrentar.
2. Público: Inversores potenciales.
Tema: Lanzamiento de una nueva aplicación móvil.
Enfoque: Seamos concisos, directos y enfocados en lo que les interesa: el retorno de inversión.
Contenido: No nos centremos en las características técnicas de la app. Expliquemos el problema que resuelve, el mercado al que nos dirigimos (con cifras), el modelo de negocio y los ingresos proyectados. Presentemos un plan de marketing claro.
Vocabulario: Usemos palabras como "escalabilidad", "oportunidad de mercado", "margen de beneficio", "proyecciones financieras" y "retorno de inversión (ROI)".
Formato: Usemos una presentación con gráficos claros que muestren el crecimiento proyectado. Evitemos diapositivas con mucho texto. Al final, vayamos directo al grano: ¿cuánto dinero necesitas y para qué?
3. Público: Personas mayores.
Tema: Cómo usar redes sociales para mantenerse en contacto con la familia.
Enfoque: Seamos pacientes, usemos un lenguaje simple y evitemos la jerga técnica.
Contenido: Enfoquemonos en los beneficios personales. ¿Cómo pueden ver las fotos de sus nietos al instante? ¿Cómo pueden hacer videollamadas con sus hijos que viven lejos? Usemos ejemplos de la vida real que les sean cercanos.
Vocabulario: En lugar de "interfaz de usuario" o "algoritmo", digamos "la pantalla" o "cómo funciona la aplicación".
Formato: Usemos imágenes grandes y claras. Hagamos demostraciones en vivo, paso a paso, usando un teléfono o una tableta real. Tomemos el tiempo prudente para cada instrucción y permite que hagan preguntas durante la presentación.
4. Público: Empleados de una empresa
Tema: Cambios en las políticas internas de la empresa.
Enfoque: Seamos claros, transparentes y empáticos con sus preocupaciones.
Contenido: Explica el porqué de los cambios. ¿Cómo beneficiarán a la empresa y, más importante, a ellos? Reconozcamos que los cambios pueden ser difíciles.
Vocabulario: Usemos un lenguaje directo y honesto. "Transparencia", "eficiencia", "trabajo en equipo" y "beneficios para todos".
Formato: Una reunión con espacio para preguntas y respuestas. Evitemos un monólogo. Animemos la conversación para abordar sus dudas y miedos directamente.
Si hablamos sobre salud a un grupo de niños, usaremos cuentos y dibujos.
Si le hablamos a médicos, usaremos estadísticas revistas y publicaciones científicas y terminologías técnicas de salud.