La importancia de la comunicación paraverbal radica en que puede influir enormemente en cómo se recibe e interpreta un mensaje.
Las señales paraverbales se refieren a los matices del habla, como el tono, el volumen y el ritmo, que pueden transmitir información adicional más allá de las propias palabras.
Por ejemplo, alguien puede decir "estoy bien" con un tono suave y una postura relajada, lo que indica satisfacción.
Sin embargo, las mismas palabras pueden decirse con un tono áspero y los brazos cruzados, lo que indica enfado o frustración.
Por lo tanto, comprender y utilizar la comunicación paraverbal puede mejorar la eficacia de la comunicación, mejorar las relaciones y ayudar a evitar malentendido.
Algunos ejemplos de comunicación paraverbal son el tono de voz, el volumen, la cadencia y las inflexiones.
Por ejemplo, un tono grave puede comunicar confianza y autoridad, mientras que un tono agudo puede comunicar excitación o nerviosismo.
El ritmo: un ritmo rápido puede sugerir entusiasmo o urgencia, mientras que un ritmo lento puede indicar precaución o relajación. Variar el ritmo del discurso puede crear énfasis, transmitir emociones o ayudar a memorizar.
Las inflexiones: se refieren a los cambios de tono, que pueden transmitir distintos tipos de significado.
Por ejemplo, una inflexión ascendente al final de una frase puede sugerir una pregunta, mientras que una inflexión descendente puede indicar una afirmación.
El volumen: es otro indicativo en la comunicación paraverbal.
Hablar alto puede transmitir confianza o asertividad, mientras que hablar bajo puede indicar intimidad o vulnerabilidad.
La velocidad: Hablar rápido puede demostrar entusiasmo o urgencia, mientras que hablar despacio puede transmitir reflexión o deliberación.
Las pausas: juegan un rol estelar en la expresión.
Las pausas cortas pueden servir para enfatizar un punto o permitir que el oyente procese la información, mientras que las pausas largas pueden indicar incomodidad o vacilación.
Articulación: una articulación clara puede transmitir profesionalidad y claridad, mientras que un discurso mal articulado o descuidado puede sugerir pereza o desinterés.
Acento y dialecto: Los acentos y dialectos regionales pueden transmitir identidad cultural y afiliación, pero también pueden dar lugar a malentendidos o estereotipos.
Risas y ruidos: Reírse o hacer ciertos sonidos durante el discurso puede indicar humor, acuerdo o incomodidad.