¿QUÉ HARÍA SI NO FUERA UN NUEVO AÑO?

Artículo invitado Diego Sosa


Quizá lo mismo que venía haciendo, o quizá ni cuenta me diera qué quiero cambiar… Pero, como el año cambia de nombre, nos amarramos a la tradición y comenzamos a buscar cosas que debemos cambiar en nuestra vida.

Una de las filosofías que más contradigo es la idea de cambiar sólo por el hecho de cambiar. Me parece que hay muchas cosas que podemos mejorar, pero cambiarlas por aquello de que “si no está roto, rómpalo” no estoy de acuerdo.

Los cambios de año nos motivan a ver una nueva vida, cerrar puertas y hacer planes para realizar cosas que no hemos logrado.

Aprovechemos el impulso, pero no nos quedemos ahí. No quiera cambiar porque el año cambió de nomenclatura.

Muchos no llegan a hacer el plan y todo se queda en sueño; tendrán que esperar el nuevo cambio de año para motivarse a diseñar el camino que los llevará al objetivo aún no planteado.

Otros andan muy emocionados, han hecho su plan y comienzan a perseguirlo… al pasar unas semanas o pocos meses se dan cuenta que han dejado de dar pasos hacia la meta y decidirán posponer su caminata para el próximo cambio de año.

Así, la gran mayoría de los energizados por el cambio de número, se quedan viendo sus sueños sin realizar.

Mi objetivo con este escrito es que se energice ahora y en cualquier momento se vuelva energizar. Si no hizo el plan ahora con el cambio de año, hágalo cuando lo recuerde y no espere una fecha específica.

Si dejó en algún momento de cumplir con su plan, retómelo sin esperar el nuevo cambio de fecha famosa.

Es un gran momento para analizar lo que quiere cambiar en su vida y lo que quiere agregar a ella, aproveche el movimiento inicial y cree el camino a un destino que usted mismo construirá.


FRASE DE LA SEMANA.

“No tengo que esperar un cambio de año para iniciar algo porque sé que me conviene hacerlo.”
Diego A. Sosa

Coach, Consultor, Conferencista y Escritor

Comentarios


Es la comunicación más habitual. Se realiza por medio de la palabra oral o escrita. La llamamos;

Es la comunicación más habitual. Se realiza por medio de la palabra oral o escrita. La llamamos;
Mediante ella las personas transmiten ideas, pensamientos, sentimientos o información a través de la pronunciación o la escritura.

Esta otra manera de comunicar se produce con nuestros gestos, ademanes y modales. La llamamos;

Esta otra manera de comunicar se produce con nuestros gestos, ademanes y modales. La llamamos;
No utiliza palabras. Conforma el lenguaje aparentemente mudo, que transmite con el cuerpo más informacion que las palabras mismas.

Esta comunicación es el conjunto de elementos vocales que acompañan las palabras. La llamamos;

Esta comunicación es el conjunto de elementos vocales que acompañan las palabras. La llamamos;
Se refiere a cómo decimos las cosas, no al contenido de las palabras. No se trata de qué se dice, sino de cómo se dice. Incluye aspectos como el tono, volumen, ritmo, entonación, pausas y velocidad del habla, los cuales pueden reforzar, contradecir o modificar el mensaje

Esta comunicación comprende elementos no verbales que acompañan o sustituyen el habla. La llamamos;

Esta comunicación comprende elementos no verbales que acompañan o sustituyen el habla. La llamamos;
Ayudan a expresar emociones, actitudes o intenciones. Incluye tanto los aspectos paraverbales (voz, tono, ritmo) como los sonidos no lingüísticos (suspiros, risas, gemidos, silencios) y ciertos gestos o expresiones faciales que complementan el mensaje.

Las formas diversas de exponer la palabra hablada constituyen los:


Para convencer, persuadir, orientar e informar:


Impactan las épocas, transforman las circunstancias:


Ofrece la oportunidad de ser un expositor magistral:


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