ANDERS BREIVIK, EL SUPREMACISTA NORUEGO QUE ASESINÓ A 77 PERSONAS Y RECLAMA SU LIBERTAD ANTES DE CUMPLIR LA MITAD DE SU CONDENA
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Anders Breivik hace el saludo nazi al inicio de la audiencia.
¿De que manera puede calificarse a un hombre que el 22 de julio de 2011 colocó una furgoneta-bomba en el complejo gubernamental de Oslo, Noruega y mató a ocho personas?
No termina el osado crimen ahí. Poco tiempo después se dirigió a la isla de Utøya, lugar donde se realizaba el campamento anual de las Juventudes Laboristas y por más de una hora disparó y mató a 69 personas la mayoría adolescentes a quienes acusaba de defensores del multiculturalismo y de ser una amenaza para Noruega.
En total mató a 77 personas en cuestión de horas. Se trata del ultraderechista y supremacista noruego Anders Breivik quien está pidiendo su libertad vigilada tras cumplir el tiempo mínimo de condena, bajo el alegato de que los atentados que cometió se debieron al "lavado de cerebro" al que supuestamente lo sometió una red extremista.
Familiares de las victimas de la mayor masacre reciente de Noruega desde la Segunda Guerra Mundial, temen que Breivik utilice la causa que se le sigue como tribuna política de propaganda de sus ideas hitlerianas plasmadas en el "manifiesto" que difundió antes de la matanza.
El supremacista se presentó a la vista de la causa haciendo el saludo nazi ya que se sigue considerando nacionalsocialista, aunque dice que ya no es militante ni es una persona violenta y además enseñando un cartel con el mensaje "Detengan el genocidio contra las naciones blancas".
La psiquiatra Randi Rosenqvist, quien ha seguido permanentemente su caso y le ha realizado siete diagnósticos, ha dicho que sigue siendo una persona violenta en quien no se puede confiar.
Sostiene la psiquiatra que tiene "rasgos autistas y del síndrome de Asperger, pero no es esquizofrénico, sino una persona disocial y narcisista".
La fiscal del caso, Hulda Karlsdottir dijo que el testimonio de Breivik de dos horas de duración es el mas claro indicativo de que debe permanecer en prisión.
La fiscal Karlsdottir sostuvo: "Mi reacción inicial y la impresión que se da en todo momento es que es muy peligroso y que no ha cambiado desde 2012".
Recordamos que en 2016 Breivik demandó al gobierno noruego por violaciones a los derechos humanos al mantenerlo prisionero en aislamiento, ganó la causa, el gobierno noruego pagó unos 40,000 dólares de gastos legales, aunque luego fue desestimada la sentencia en apelación.
Breivik no tiene síntomas de arrepentimiento y menos de remordimiento, está preocupado por la calidad de las cremas que usa y se dedica diariamente en su celda de tres habitaciones a escribir sus memorias y a pedir decenas de millones por los derechos de su figura para una película.
Mientras, las personas fallecidas perdieron injustamente sus sueños, sus vidas y sus familiares lloran ante el descaro de este monstruo convencido de que esta en lo correcto.