Hace unos años el diario ABC publicó el articulo Grandes discursos que marcaron la historia con el siguiente subtitulo:"Algunos decidieron guerras, otros sacaron las colores a la ONU o inspiraron a miles de ingenieros".
Comparto este párrafo para poder apreciar la riqueza de la palabra convertida en emociones y sentimientos expresados:
"Unos sirvieron para remover conciencias, otros para ganar una guerra, y algunos, incluso, para motivar estudiantes de ingeniería. La historia reciente está llena de grandes discursos en los que había un denominador común: la convicción y el carisma. Cualquiera puede leer la intervención de Abraham Lincoln en Gettysburg, el «Yes we can» de Obama o la charla motivadora de Steve Jobs en Stanford , pero no sería igual. A las ideas se les unió la personalidad.
Destaco estas notas:
«I have a dream». Martin Luther King. 28 de agosto de 1963.
La historia del «I have a dream» es la historia de un empecinamiento, porque esas palabras no estaban previstas en su discurso . Martin Luther King las había utilizado varias veces y sus asesores le recomendaron no caer en la repetición. Sin embargo, el reverendo decidió a última hora apoyarse en esa «coletilla» para lanzar su mensaje: «Sueño que un día, en las rojas colinas de Georgia —dijo Luther King—, los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los antiguos dueños de esclavos se puedan sentar juntos a la mesa de la hermandad». Y así se hizo la historia.
«Alemania está sangrando». José Stalin noviembre de 1941.
«El diablo no están terrible como se hace ver». «No es difícil ver que los alemanes están frente a un desastre. El hambre y la pobreza reinan en Alemania. En cuatro meses de guerra han perdido cuatro millones y medio de soldados. Alemania está sangrando, su poder se debilita (...). No hay duda de que Alemania no puede mantener ese esfuerzo durante mucho tiempo. Dentro de varios meses, quizá en año y medio, el peso de sus crímenes caerá sobre ellos (…). El mundo os ve como una fuerza capaz de destruir a las hordas alemanas. El pueblo europeo, esclavizado por los alemanes, os mira como sus salvadores. Una gran misión ha caído sobre ustedes. Sean dignos de esta misión. La guerra que luchan es de liberación (…) ¡Que el gran legado de Lenin vuele sobre sus cabezas! ¡Destrucción total sobre los invasores alemanes!».
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por opinión es vital y constructiva