La asertividad como habilidad expositiva crea opiniones y comentarios respetuosos y libres de conflictos, promueve intercambios claros, sencillos, oportunos y dirigidos a los emisores adecuados.
La comunicación asertiva es usada por las personas asertivas quienes:
1. Se respetan a sí mismas y respetan a los demás.
2. Usan palabras y mensajes moderados. No son agresivas ni pasivas, están en el justo medio.
3. Expresan sus pensamientos con claridad y honestidad y manifiestan sus sentimientos con espontaneidad y sinceridad.
4. Se preocupan en pensar primero y hablar después porque saben que la palabra pronunciada es como la flecha, que no vuelve atrás.
5. Cuidan con esmero el tono de sus palabras ya que reconocen que en ocasiones la forma en que se dice algo afecta más que el mensaje mismo que se expresa.
6. Tienen en expectativa constante que cada persona, tiempo y circunstancia son diferentes. Saben que no todos los seres humanos responden igual a los mensajes y actitudes y situaciones que se presentan.
7. Estan conscientes de que en determinados casos su actitud asertiva puede ser mal interpretada porque algunos la pueden percibir como irrespetuosa o hasta invasiva.
8. Se sienten con la obligación de formarse e informarse adecuadamente sobre los aspectos particulares para evitar caer en mala o indebida utilización de los conceptos, ya que ser extremadamente asertivo, genera conflictos, estrés y tensiones innecesarias.

La empatía capacita a las personas para socializar con los pensamientos y sentimientos de otras personas y aplicarlos a su interrelación cotidiana.
Empatía como palabra, apareció en inglés por primera vez en 1909 como "empathy" en un trabajo del psicólogo británico-estadounidense Edward B. Titchener.
En español no figura registro anterior a 1975, pero ya en el diccionario de la Academia edición 1984 aparece incluido el concepto "empático".
Adquirir un sentimiento comunicativo empático es posible con disposición y voluntad.
Alguien empático procura dos cosas:
1. Entender el mundo interior de los demás y comprender que hacer juicios sobre las actuaciones de las personas no conlleva a ninguna solución. Todo lo contrario, promueve el distanciamiento.
2. Desarrollar la escucha activa, pese al componente difícil que representa adquirirla, porque, paradójicamente, aunque tenemos dos oídos y una sola boca, lo cual significa que debemos escuchar más y hablar menos, la disposición emocional humana es a hablar más, escuchar menos y a muchas veces escuchar solo para saber lo que se ha de responder.
Es una gran certeza de la vida; mientras más hablamos menos escuchamos, menos nos formamos y menos nos informamos.
Recuerdo siempre la frase "Nunca aprendí nada mientras era yo quien hablaba" del rey de la conversación, el periodista estadounidense Larry King.
Toda la comunicacion empática camina con la escucha activa que como su nombre lo indica es, más que oír con el sentido del oído, es priorizar en escuchar con la mente y el cerebro firme en lo que nos dice la otra persona.
Las siguientes son algunas características de la escucha activa para ser aplicadas a la empatía:
A. Nunca interrumpir a quien nos habla y enfocar toda la atención en su lenguaje oral y en el no verbal o corporal.
Prestar atención no únicamente en lo que nos dicen sino también en los gestos. Muchas veces las personas hablan más con el cuerpo que con las palabras.
B. Exhibir una buena actitud al escuchar. Lograr que las personas sientan que les estamos prestando atención y poder retroalimentarlas en el momento oportuno.
C. Evitar hacerse juicios o interpretaciones con los conceptos que nos exponen los demás. Esto hace que la mayoría de las veces, se rompa el ambiente comprensivo que debe reinar.
D. Mirar a la cara a la persona que está hablando. Esta disposición física abre un mundo de entendimiento, porque la persona que habla se siente reciprocada en sus sentimientos.
Quienes utilizan la comunicación empática, logran relaciones y efectos perdurables en su vida, ya que este ejercicio le permite fungir como entes de ayuda entre las distintas personas.
La comunicación empática constituye una herramienta valiosa en cualquier circunstancia tanto del ámbito social como el laboral.
La comunicación empática basada en la comprensión y la capacidad de la escucha activa se perfecciona en un intercambio pacífico y alejado de la violencia que prima en nuestros días de rapidez e incertidumbre.
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